lunes, 29 de agosto de 2011

COMISION DE SABIOS

El futuro de Colombia va a estar profunda y directamente relacionado con la capacidad que los
Colombianos tengamos de organizar la educación; la hija de la educación: la ciencia; y la hija
de la ciencia: la tecnología. Sin la menor duda, este entrelazamiento será uno de los ejes principales del futuro de nuestro país en el siglo XXI.
Tenemos, por lo tanto, un cargo increíblemente importante: ¿Qué podemos hacer para mejorar y para desarrollar esos aspectos tan cruciales para nuestra sociedad? Abordemos, para empezar, el problema de la educación. Este problema no es ajeno   para Colombia, existe también en el resto del mundo. La educación conceptual está en crisis en todas partes. El nivel de educación general, sobre todo en el hemisferio occidental, está en una decaída casi catastrófica. En ese sentido, Colombia tiene hoy, paradójicamente, una ventaja. Ella es que en Colombia y en el actual gobierno, se pueden hacer “revolcones” que no se pueden implementar en otros sitios. Recordemos que la posibilidad de reorganizar un sistema tan masivo como el educativo, existe aquí, pero no en otros países.
¿Cuál es el punto más importante que hay que tratar? Tenemos que encontrar los conceptos y los marcos que permitan que la ciencia, el desarrollo tecnológico y la educación formen una estructura que se entienda como relevante para la sociedad en general. Lo básico es establecer tales marcos a todos los niveles, desde la escuela primaria hasta lo concerniente a la maquinaria política. Se requiere que se entienda en detalle: ¿Qué son y para qué sirven la educación, la ciencia y la tecnología? Se requiere, para empezar, una definición estricta de los marcos referenciales en los cuales se podrían organizar los esfuerzos en las anteriormente mencionadas áreas de la actividad humana. Debemos implementar una revolución educacional, científica y tecnológica que permita cambiar para siempre el futuro de Colombia. Esta revolución, en conjunto con otras que nuestro país ha visto últimamente, puede darle a Colombia la ventaja que requiere para formar parte del grupo de los países desarrollados en el futuro siglo. En su momento el señor presidente de la república  hizo las siguientes observaciones:
CÉSAR GAVIRIA TRUJILLO
16 de septiembre de 1993
Desde hace varios años me vengo preguntando cuál será el motivo por el cual en nuestro país existen deficiencias en la educación, si entre nosotros prima la imaginación y el talento. ¿Por qué no hemos podido aprovechar sino en mínima parte esta riqueza? ¿Por qué no hemos sido capaces de potenciar nuestras capacidades innatas y enfocarlas hacia la creación, la investigación y el conocimiento? Estos interrogantes requieren una profunda reflexión que dé una respuesta estas inquietudes.
Por ello es para mí especialmente grato instalar en el día de hoy la Misión de Ciencia, Educación y Desarrollo. Es ésta una de las más importantes lecciones que nos han transmitido los pueblos desarrollados. El espectacular crecimiento de Alemania durante el siglo XIX estuvo íntimamente ligado al desarrollo de universidades de investigación, según el modelo creado por Humboldt. En el vertiginoso crecimiento económico de Estados Unidos, que los llevó a su autonomía y a una situación de gran potencia, intervino crucialmente la creación de las universidades de los estados agrícolas, centradas en el desarrollo de la ciencia y las tecnologías agropecuarias.
En el Japón y en los nuevos países industrializados del Extremo Oriente también es claro que la capacidad de pensar, de crear, de innovar, de adaptar y enriquecer el conocimiento científico y las posibilidades de la tecnología, son determinantes en el crecimiento económico, particularmente cuando esas habilidades se salen del reducido círculo de unos cuantos y se difunden entre toda la población.
Los países que, como el nuestro, aspiran a recoger esa lección, saben que eso se logra con una inversión masiva de energías humanas y de recursos financieros en la educación en todos sus niveles, y orientando adecuadamente esas inversiones. Se trata de esfuerzos que requieren de una acertada reflexión previa y un conocimiento a fondo de las relaciones entre ciencia y tecnología, entre estas y el desarrollo, y acerca del tipo de educación que este proyecto nacional demanda.
Las relaciones entre Ciencia, Educación, Tecnología y Desarrollo han sido preocupación permanente de este Gobierno. A principios de 1991 se expidieron los decretos que crearon el Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología, con el cual se ha logrado integrar esfuerzos anteriormente aislados, e involucrar a todos los sectores del Estado en el impulso y la conducción de esta actividad.
También se estimuló la unión de esfuerzos entre los sectores académico y productivo para apoyar la reconversión industrial, y se le dio piso legal a la asociación entre el sector público y el privado para desarrollar proyectos conjuntos en esta área.
Luego, ciencia y tecnología se convirtieron en una de las estrategias fundamentales de nuestro Plan de Desarrollo. Con la financiación de empréstitos internacionales y la creciente participación de los recursos propios del Estado en proyectos directamente aprobados por el Conpes, la inversión pública en investigación se triplicará en términos reales entre 1990 y 1994, año en que se destinará el 3% del presupuesto de inversión del Estado a ciencia y tecnología, porcentaje que deberá ir creciendo con el tiempo.
Una gran parte de este empeño se ha orientado a fomentar la innovación y el desarrollo La “Red Caldas” de investigadores colombianos en el extranjero ha recuperado aproximadamente a mil de sus principales cerebros que se encuentran en el exterior, vinculándolos desde sus sitios de trabajo a las actividades científicas y al desarrollo tecnológico de los grupos de investigación nacionales.
Nuestra sociedad demanda un sistema educativo capaz de formar ciudadanos libres y creativos, autónomos e innovadores, sin quienes no será posible consolidar una sociedad democrática y abierta, inserta en la economía global y en la cultura contemporánea.
Requerimos de un esfuerzo teórico de construcción conceptual que avance en la comprensión de la esencia de nuestra nacionalidad y del fundamento de los procesos creativos, así:
1. como del papel de la ciencia y la tecnología en la vida cotidiana y en los medios de comunicación.
A los 10 miembros de esta Misión de Ciencia, Educación y Desarrollo que hoy se embarcan en una travesía por los canales del conocimiento, en la aventura de la creación, les estamos pidiendo reflexionar a fondo sobre las formas de estimular la creatividad y la capacidad de innovación de nuestros compatriotas, de manera que podamos, en el mediano futuro, hacernos verdaderos dueños de nuestro porvenir.
Están equivocados quienes crean que se trata de supeditar la educación a las necesidades de la competencia económica internacional. Nada más lejano de esto. Queremos que la educación, la ciencia y la tecnología nos ayuden a aumentar nuestra competitividad y, para ello, a desarrollar la capacidad de nuestros compatriotas para comprender, dominar y crear las tecnologías y las bases científicas que la sustenten.
Pero también pretendemos fomentar la ciencia y la creatividad por sí mismas, por su contribución al desarrollo social y cultural, y. al desenvolvimiento de las potencias superiores de la personalidad de los individuos.
A raíz de todo lo anterior la comisión de sabios sugiere que se integre la ciencia y la tecnología a la sociedad y la cultura colombianas, con el fin de que ellas dejen de ser factores extraños o exógenos a estas últimas. Lo anterior implica profundos cambios culturales e institucionales para lograr que la ciencia y la tecnología se conviertan en factores integrantes y, por lo tanto, endógenos, de la sociedad colombiana. A dicho proceso nos referimos con el concepto de endogenización de la ciencia y la tecnología en la cultura nacional. Para ello proponen cinco aspectos importantes:
1.   Apropiación social de la ciencia y la tecnología.
2.   Generación de conocimiento y educación. La relación cercana entre ciencia y desarrollo depende de la interacción entre educación e investigación.
3.   Ciencia, tecnología y producción. En el mundo industrializado de hoy la ciencia y la tecnología se han convertido en factores de competitividad y de acceso a mercados. No sólo a través del impacto del avance del conocimiento sobre la productividad sino igualmente de factores que se manejan en el mercadeo y la competencia, tales como el impacto ambiental de los procesos y los productos.
4. Conocimiento, cambio social y desarrollo del ciudadano.
5. Ciencia, desarrollo sostenible y diversidad biológica y cultural.

 Comentario: dadas todas estas recomendaciones se puede alcanzar todo un emporio de avances, pero como lograrlo si cada día la educación es mas mediocre en Colombia y casi todo lo que se plantea se queda en el papel, nada termina saliendo a la luz publica y nada se termina llevando a cabo.
Para la realización de esta comisión de sabios se utilizo todo un discurso muy lindo y conmovedor pero en donde ha evolucionado todo esto si lamentablemente la mano de los corruptos no ha permitido que muchos de los recursos lleguen a las poblaciones más necesitadas, sino que llenan sus bolsillos. Espero que mas adelante se pueda ver reflejado todo el proceso que se ha sugerido aunque depende mucho de los gobiernos, las administraciones y el empeño que le han puesto algunas entidades por sobresalir de la ignorancia y la injusticia.

 

1 comentario:

  1. Siempre me intereso en que termino lo recomendado por esta comisión?
    Se hablo de un plazo de 21 años que nunca se dio?
    Falto voluntad polotica?

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